Lo preciso suele ser más acertivo que lo prolongado.

En un mínimo espacio de tiempo nos disponemos a crecer como seres morales, tradicionales, y éticamente correctos.
Me pregunto: "¿Y con qué valores puedes llegar a tal extremo de supremacía espiritual y humana?", o mejor dicho: "¿Con qué cara?"
Si la humildad abundara en los espacios habitados, no existiría el riesgo cotidiano de nuestro autogenocidio...