Del tejido póstumo, la Madre enhebró el Kundalini.
Ahau, desde la exacta posición ancestral que lo conforma, deshizo el telar de estrellas nacientes para abrir paso a la marcha universal de las estrellas ancianas.
La convención.
Murmullan cánticos siderales, con motivo de plegaria por aquellos que no encienden la alborada amorosa.
Muluc llamó al encanto melódico del Universo, y la convención se vistió de celestial.
Brisa y viento se hicieron Uno para albergar la huella humana y suspirarla entre los presentes.
silencio estelar.
Karmatrón es bendecido por los palillos de la Madre en el Lanar cósmico.
Sideral.
