He pisado la piedra que me ha hecho tropezar 134 veces seguidas.
El errante vela por su temporalidad en esta Tierra, pero sin embargo, también vela por la seguridad de su estancia nítida y viviente en el ardiente terreno humano. El errante es individualista y desconfiado, pero sin embargo, selecciona a su acompañante con tal sutileza, que se permite observar y analizar a su presa. No tiene la tendencia a equivocarse, es intuitivo y calculador. El errante piensa e imagina, su poder de creatividad sobrepasa los límites astrales y mundanos. Por ello, su razonamiento se sobrepone a su sensibilidad... El errante caza y forma un monopolio pensante, el errante controla.
El trotamundos percibe su paz en un lugar determinado. Es reflexivo, y su capacidad de manejar el estado de angustia ante un tropiezo es evidente. El trotamundos es poco perseverante, no se da el trabajo de pensar más allá de lo que le entregan, a pesar de su fuerte intelectualidad. El trotamundos es un ser innovador y onírico, vuela por los trigales como un ave hervívoro y humilde. Al trotamundos le cuesta pisar Tierra, su único amarre a este mundo es su fuerte pasión por "conocer"... Manifiesta su estado de regocijo con gran esmero, muy agradecido de todo lo que le entregan en sus viajes. Pero no se confíe, el trotamundos vuela y anhela, pero si es necesario arriesgará su propia vida por lograr su objetivo. No hay que ser tan extremista.
Yo no me arriegaría a clasificar, pero si ha identificar. Me parece que estamos en un mundo de prototipos tan desarrollados, que nos cuesta mucho plasmarnos en uno solo. Somos seres únicos, pero idénticos en algunas acciones. Nuestra esencia es nuestra identidad. Nacemos de una forma y nuestro constante estado de cambio, nos permite abrir los ojos hacia lo que nos interesa como sendero principal de vida.
Somos la historia hecha historia, un libro infinito de posibilidades, un hecho cósmico y alucinante, somos gestores y observadores, Somos un fin con comienzo y sin fin.
Me crearon bajo el alero amante del Universo y su Tierra, con manos y ojos de abrigo hacia el divino Amor que puede proyectar El Ser. Vivo en plenitud y armonía esperando que el Cosmos haga lo suyo en nuestras tierras, cuando precise de energía suficiente.