·El Praxis de Samsa·

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"¿Qué otra cosa vislumbras en la oscura lejanía, allá en el abismo del tiempo?" Shakespeare, La Tempestad

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En esos extravagantes circos internos se reproduce la existencia, la dignidad del paso de un cambio a otro, el miedo a ver, sentir, olfatear, tocar y creer en nuestro reflejo, el camino del tiempo que no es tiempo y nuestra dudable existencia en él.

La exhausta y variable transformación de un ser humano a mi parecer ha (es, será) determinada por su karmática subsistencia; "Según lo que hago, practico y predico me envuelvo en la ignorancia para luego safarme de mis capas y renacer en semi sabiduría"

Así como Samsa lo hizo y deshizo, postrado en sábanas blancas y paredes desteñidas de olvido... muchos intentamos levantarnos a veces en el día a día del hundimiento atemporal. Y es considerable tomar en cuenta, que enredados en sábanas, ya sea, por un mal sueño o por una noche de pasiones develadas, no podemos ni queremos desligarnos de aquello que nos ata a una hiper-realidad.

Aquel autodidacta, indemne y desgreñado ser humano que levanta toneladas de desaires y felicidades puede ser un participante intenso de diversas etapas, épocas y circunstancias que lo hagan valer como lo que es, un terrestre, nativo, emigrante, inmigrante, autóctono, originario, ancestral, nómade o sedentario.

El constante cambalache (Do ut des) animal, donde es "Todo contra todos o todos junto a todos y TODO"






·Apoca Elipsis·

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Se deslengua el porvenir
La apatía viola a la soberbia
En el Cuasimodo se bailan rancheras
y el talibán envía caligramas a Moisés.

El melómano gotea cacofonías
Hesíodo sufre de naúseas en las libaciones
La pierna del pirata es atacada por termitas
El olivo me da peras y el manzano; olivares.

El universo remata estrellas
y el Papa, santos griales.
Políticos reunen firmas para su striptease callejero
Las palomas sufren la suerte del caviar.













Planeta Tierra, Madre Tierra, Pacha Mama, Nuke Mapu,
Tlalli, Earth Mother, Mère Terre (...)
Vívidas, latentes y nítidas están nuestras preocupaciones, Auto-ocupaciones, pero compasiones al fin y al cabo. No somos dignos de poseerte, extraerte, extirparte siquiera un "gramo" de oxígeno, no somos dignos de contemplarte, amarnos en ti, beberte, silenciarte.
No somos dignos de vivirte (¡Aún NO!) y quizás no llegue el ahora para nosotros, quizás el respiro sea tu estado vegetal-temporal y nuestra definitiva extinción. Pero te prometo, te prometo por tu vientre sagrado, eterno y venigno, que no me voy de aquí sin haber besado onírica y espiritualmente cada una de las lágrimas que derramaste por cada uno de nosotros (los seres indemnes y cobardes que tienes por hijos).
Lágrimas que ningún salvador ni (in /inexistente/ inerte) mortal submundano pudo haber derramado con total y absoluto sentimiento profundo y verdadero.

s i l e n c i o

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El vestigio duerme y el ahora sueña